Dios no me conduce por un camino fácil sino por el camino correcto. Y el camino correcto incluye aquellas experiencias de parte del Señor que más ayudarán a reproducir la imagen del hijo en mí. Muchas de esas experiencias no parecen tener sentido alguno. Por lo tanto debo caminar como aquel que está ciego, teniéndome de la mano y del corazón de mi Padre celestial. Si sólo pudiera ver el profundo final, así como lo está viendo Dios, pasaría el resto de mis días en alabanza abundante y sin cesar. Cantaría por el Señor son afirmados los pasos del hombre. Quiero comenzar ya, Señor y seguir siempre ese canto por fe. En este devocional, W. Glyn Evans, comparte lo que significa caminar celebrando a diario con el rey y nos invita a acompañarle en su viaje.