Betsy sintió una sacudida en el corazón. A solo un kilómetro, había mujeres y niños que se encontraban en una situación deplorable. ¿Por qué no se había preocupado antes de esto? Sin pensarlo, dijo: "Debemos hacer algo por esos niños pobres y desamparados. Mañana mismo iré a verlos." Al descubrir las horrendas condiciones en las que vivían las presas y sus hijos. Elizabeth Fry se comprometió a mejorar las vidas de las personas más desesperadas de la sociedad, algo que nadie más se había atrevido a hacer. Tras replicar a los que dudaban: "Si yo no lo hago, ¿quién lo hará?", Betsy se transformó en una de las mayores reformadoras de Inglaterra, y una de las personas del siglo XIX más amadas por el pueblo. Guiada por sus valores cuáqueros, dirigió sus esfuerzos a mejorar la educación, defender la justicia social, reformar las prisiones y, junto con figuras como William Wilberforce y Thomas Fowell Buxton, abolir la esclavitud.