Las emociones son extrañas. Algunos, al parecer, somos capaces de ignorar nuestras emociones, otros nos sentimos controlados por ellas. Pero la mayoría de nosotros admitiríamos que no siempre sabemos qué hacer con la manera en cómo nos sentimos. La Biblia nos enseña que nuestras emociones son parte indispensable de lo que nos hace humanos, y que juegan un papel crucial en nuestra relación con Dios y con otros. Al explorar la manera en que Dios diseñó nuestras emociones para nuestro bien, este libro nos muestra cómo interactuar apropiadamente con nuestras emociones, aún las más difíciles de experimentar como el temor, el enojo, la vergüenza, la culpa y la tristeza para que podamos entender mejor lo que revelan sobre nuestros corazones y seamos capaces de manejarlas sabiamente en nuestro día a día.