Calvino fue precedido y rodeado por grandes héroes de la fe—Lutero, Zwinglio, Farel, Bucer y otros. Sin embargo, podemos decir con honestidad que fue primus inter pares (el primero entre iguales). Su capacidad intelectual y conocimientos bíblicos y teológicos fueron igualados solamente por la intensidad de su labor pastoral y práctico. Tanto en sus escritos como en su vida, Juan Calvino se esforzó por cumplir el lema de su vida: “Mi corazón te ofrezco pronta y sinceramente” a servir al Señor, y a morir por el Señor, sigue inspirando generaciones de ‘reformados’ a seguir ese mismo camino.