El autor nos presenta la esperanza como el regalo de Dios para el quebrantado. La esperanza es recurso valido y genuino a partir de ocasiones donde la condena, la necesidad de perdón y el dolor abaten al alma humana. A través del estudio de ciertos pasajes bíblicos el autor propone un enfoque personal para presentar luego sus convicciones sobre el deseo de Dios de restaurar al alma humana.