" El cruzar fronteras geográficas y culturales no es una condición indispensable para la misión: uno puede ser misionero en su propio contexto social, en la familia, el trabajo o el vecindario".
"... es entrar en la situación de los demás e identificarse con ellos en sus luchas y sufrimientos, sus preguntas y dudas, sus ansiedades y anhelos".
"Desde que la palabra de Dios se hizo hombre, la encarnación se constituyó en el modelo ineludible de la misión. Encarnarse es cruzar la frontera que separa al misionero de su prójimo y a la iglesia del mundo".