Para mucha gente, su trabajo es una mera «rutina diaria» necesaria para proveer para la familia o pagar las cuentas. Lo cierto es que nuestros empleos —ya sea que estemos pegando ladrillos o pintando en un estudio— son oportunidades diarias para mostrar el carácter y el cuidado de Dios. El pastor y autor Bryan Chapell comparte esta perspectiva bíblica de la vocación, y explica cómo Dios le da propósito a nuestro trabajo al hacer de este un instrumento de su gracia para nuestro propio corazón y para el mundo. Llevamos la imagen de Dios en nuestro lugar de trabajo, y experimentamos sus bendiciones y expresamos su naturaleza a través de nuestros esfuerzos y excelencia.