Prólogo
Este manual está diseñado para ser usado como una herramienta integral por el estudiante deseoso de aprender hebreo bíblico. Combina las lecciones con la gramática, el vocabulario y el método de aprendizaje. El estudiante que siga fielmente este método aprenderá las nociones del hebreo, y aún más importante, sabrá cómo observar y aprender a través de la observación. Además el manual está relacionado por medio de siglas con la edición clásica número 28 de Kautzsch-Cowley Gesenius' Hebrew Grammar, que permite profundizar en cualquier punto. Cada una de las ochenta lecciones se presenta en dos páginas abiertas que pueden ser observadas completamente con un solo vistazo. Dichas lecciones están planeadas para una asignatura de 90 horas de clase, así que se deben cubrir en un curso de tres horas semanales durante treinta semanas, (sin importar si es bimestral o trimestral) o (como lo he realizado muchas veces), en una asignatura de quince horas durante seis semanas. El método es, en su mayoría, inductivo. Es decir, se debe trabajar desde el texto hebreo hacia la gramática. El erudito William Rainey Harper contribuyó para desarrollar este método de estudio de idiomas, y su trabajo del hebreo ha sido muy reconocido durante décadas, pues ha pasado por muchos ediciones. Sin embargo, este método ha sido cuestionado, y a mi juicio, se debe más al mal uso que al mismo método. Vease mi artículo, 'The Inductive Method of Teaching Hebrew-Its Advantages and Its Pitfalls', Hebrew Abstracts,15 (1974) pp. 108- 119, si se desea un tratamiento más a fondo. He intentado corregir los defectos del método, pero se requiere de más síntesis de lo que se aprende por inducción. El método inductivo presenta ventajas y desventajas. En primer lugar, capta la atención del estudiante, pues desde el principio lo conduce a leer el idioma. Cuando durante alrededor de un año es necesario estudiar paradigmas, reglas gramaticales, sintaxis, vocabulario y otros temas relacionados con el aprendizaje tradicional de un idioma, antes de leer el texto mismo, hasta el estudiante más diligente puede desanimarse y perder todo interés. Además, mucho de lo que se enseña carece de valor, porque ¿quién no se ha visto obligado a aprender, por ejemplo, formas verbales como el pretérito pluscuamperfecto, u otras por el estilo, que jamás se encuentran en las lecturas? ¿Quién no ha aprendido a escribir cosas como "El elefante de mi tía ama la elefanta de mi tío" sólo para descubrir que nunca va a usar semejante joya literaria? El método inductivo, en cambio, no presenta este tipo de carencias y defectos: el estudiante solo aprenderá lo que vaya encontrando en su lectura. Por otro lado, muchos estudiantes observan sin integrar los conocimientos recibidos. Aunque después de un año de estudio inductivo no son capaces de explicar que han visto, contrariamente a lo que opinan algunos profesores, esto no significa que desconozcan el idioma, pues hay muchas personas que pueden leerlo, hablarlo y hasta escribirlo correctamente sin tener una integración gramatical del mismo. Debido a esto, los profesores y los estudiantes concluyen que el método inductivo no funciona. Personalmente estoy en contra de este concepto, porque, tengo evidencias que apoyan mi posición. Este trabajo, que comenzó como `Apuntes sabré el hebreo bíblico' en 1950, más tarde llegó a ser el Manual de Hebreo Bíblico que ya ha pasado por dos o tres revisiones y se ha usado para enseñar a más de 2.000 estudiantes en Fuller Theological Seminary, al igual que en un sin fin de otras instituciones desconocidas. Use el mismo metodo para desarrollar mi Handbook of New Testament Greek (Manual de griego del NT), el cual también pasó por muchas revisiones (1963-1969), y fue publicado por la casa editorial Eerdmans en 1973, y también en varias ayudas disponibles para enseñar babilonio antiguo, arameo bíblico, el Nuevo Testamento siriaco y muchos otros dialectos arameos, ugaritico, fenicio, etíope, sur árabe antiguo, y más recientemente, sumerio. De pronto, he omitido uno o dos más. Sin reserva, digo que el sistema sí funciona. No afirmo que es el mejor método; solamente digo que, si se emplea correctamente, va a producir excelentes resultados. Tal vez, el obstáculo más grande de este método es lo que demanda, tanto del profesor como del estudiante. El profesor tiene que estar listo para enfrentar cualquier pregunta en cualquier momento (lo cual no quiere decir contestarla; a esto puede responder con sinceridad 'no sé, intentare solucionarlo y mañana daré una respuesta'). Resulta sencillo, por decir algo, preparar una lección sobre el verbo Pe Gutural (o GCC). Pero cuando un profesor tiene que enfrentar a estudiantes que hacen desde la pregunta más obvia hasta Ia más difícil, debe conocer el idioma y el manual a fondo. Al mismo tiempo el estudiante tiene que ser capaz de pensar por sí mismo y de observar y cuestionar, pues tendrá que ver una cantidad de materia heterogénea desde el principio. Lo anterior, en realidad, tiene su ventaja. Cuando se aprende un idioma con el método tradicional, el estudiante encuentra que el trabajo aumenta y que este es cada vez más difícil al tener que enfrentar más material. Lo natural es que olvide lo que haya aprendido unas semanas atrás. Pero cuando se utiliza el método inductivo, no se encontrará algo más difícil de lo que se vio entre las lecciones 10 y 20. Desde allí y en adelante, el aprendizaje se realiza por la repetición de las cosas ya tratadas. Si se desea hablar y escribir en un idioma, el aprendizaje se compone de por lo menos tres elementos más, que son: primero, el significado de las palabras, o sea esas unidades de pensamiento que componen el mensaje que se expresa. Algunos profesores piensan que el estudiante solo necesita de un diccionario, para encontrar los equivalentes de palabra a palabra, pero en sí esto, es muy limitado. Para leer y comprender, el estudiante necesita saber cómo el sentido de una palabra se ve afectado por su contexto. Segundo, para un idioma flexivo, el estudiante debe poder identificar correctamente los cambios de forma que indiquen la relación de Ia palabra con su contexto, lograr un grado de éxito en la memorización de los paradigmas, o bien aprender lo mismo al encontrar la palabra En muchos contextos. Todos hemos aprendido nuestro idioma materno por el método inductivo, y por tanto no es necesario aprender los paradigmas. Si uno los aprende es más rápido, ¿pero no tendrán los mismos resultados a largo plaza? Los profesores discuten con obstinación este punto, pero no Ilegan a un acuerdo. Sencillamente, diría que en cualquier caso es necesario leer el contexto. Tercero, y lo más importante, el estudiante necesita comprender el significado que se transmite cuando se unen estas palabras flexionadas en un grupo que tiene sentido, o lo que los griegos llamaban sintaxis. Según el método 'clásico' de enseñar un idioma, la sintaxis siempre se enseña de último (si la hubiere), porque fuera de su contexto no tiene mucho sentido para el estudiante, y casi nunca llegara a dominarla. Otra vez, la sintaxis tiene sentido solo cuando el estudiante aprende a leer pasajes conectados. Ahora, muchas veces me han preguntado "¿por qué usa el libro de Ester?' Primero, porque es una historia de carácter literario, con una trama, un fin, etc, lo cual la hace interesante. A través de la obra se emplean las formas femeninas y masculinas, como también el singular y el plural (mucho del material narrativo en el resto de la Biblia hebrea carece bastante de las formas femeninas). El libro de Ester no presenta mucha dificultad en los asuntos textuales teológicos. Cuando comenzamos con el primer capítulo de Génesis, de inmediato encontramos todo tipo de discusiones en cuanto a la teología, la historicidad, la cosmología, etc., cuando el objetivo debe ser el aprendizaje de las nociones del hebreo bíblico. El libro de Ester es lo suficientemente largo para presentar aquello que el estudiante necesita saber en su primer año y a la vez, como es repetitivo, ayuda a grabar los conceptos en su mente. Algunos hacen la objeción de que el hebreo del libro de Ester es tardío, pero la diferencia entre Ester y Génesis no es tan grande. El vocabulario de Ester es excelente, pues contiene alrededor de 500 palabras, casi todas de alta frecuencia y muy pocas de baja frecuencia. Esto quiere decir que el estudiante constantemente está encontrando palabras que va a necesitar cuando lea en la Biblia hebrea. Y como he incluido varios capítulos de Génesis, además del que hay en Ester, el estudiante tendrá la oportunidad de leer otro hebreo. Tengo una profunda deuda de gratitud que quiero expresar. Primero, y sobre todo, estoy en deuda con mi mentor en Dropsie University, el Dr. Cyrus Gordon, porque me introdujo en la reducción de observaciones a unas reglas sencillas. Algunas de las 'Reglas' de este manual están en la forma que él nos las dio, y otras han sido trabajadas por mí o por uno de mis asistentes, en particular mi colega, el Dr. Frederick Wiliam Bush, y otras han sido formuladas por mis propias observaciones. Algunas de estas reglas no las he aprendido de las gramáticas, y muchas no se dan en ninguna de ellas. Esto prueba que un estudiante que observa puede aprender mucho directamente del texto mismo. Comenzando en 1950, aplique el principio de que 'la mejor manera para aprender una materia bien es enseñándola'. Así, di a mis mejores estudiantes la responsabilidad de enseñar secciones de hebreo.