El manuscrito perdido nos enseña que esos hombres no arriesgaron sus vidas por dar a conocer un libro cualquiera, sino que hay evidencias que confirman que la Biblia es la Palabra de Dios.
Este relato comienza con el descubrimiento en las cuevas de Qumrán, cerca del mar Muerto, de un enigmático rollo de cobre. Se trata de un extraordinario documento preservado durante siglos que contiene una lista de lugares, donde se ubican distintos tesoros que para algunos pueden ser los utensilios del templo judío destruido por los romanos. En cualquier caso, si has leído El enigma de la lápida, solo puedo decirte que la emoción va en aumento. El grupo de jóvenes investigadores que protagonizaron la primera parte se ha graduado, ya no son tan ingenuos, aunque conservan la valentía, curiosidad, sentido del humor, ingenio y desparpajo que nos cautivó en la entrega anterior.