Prólogo
Llegué a este libro, no porque pensara que tenía un gran problema con el chisme, ¿quién lo tiene? —sarcasmo—; lo hice porque aprecio a Matt. Con esto en mente, primero presentaré al autor y luego hablaremos del libro como tal.
La Persona
Quiero que Matt sea mi pastor y aprender de sus predicaciones. Él es ese tipo de personas que pueden decir las cosas más difíciles con gran habilidad, al punto que usted pedirá que le diga más.
Él sabe cómo hablar lo correcto de buena manera. ¡Es tan claro en lo que dice y escribe, tan personal y asequible! Por ejemplo, lea la definición que da sobre el chisme: “el chisme pecaminoso es hablar mal a espaldas de alguien, lo cual surge de un corazón malo”. Es una frase memorable y llega al punto preciso. Otro ejemplo de esto es la expresión “palabras apestosas” —que él usa a lo largo del libro—; no sólo es ingeniosa, también se quedará pegada en su cabeza y a medida que usted vaya avanzando en la lectura se dará cuenta que es una traducción razonable de la palabra bíblica usada para referirse al chisme.
El Libro
Todos deberíamos leer al menos un libro sobre el chisme; cada pastor y grupo Bíblico tiene la necesidad de hablar de este importante flagelo dentro del Cuerpo de Cristo. La Escritura identifica este tema como un problema grave —por ejemplo, Proverbios 26:22— y por lo tanto merece nuestra cuidadosa atención.
Sin embargo, las opciones de material de lectura son sorprendentemente escasas. Tal vez hemos asumido que el chisme es una de esas características de la naturaleza humana que no se puede cambiar y por lo tanto preferimos celebrarla en lugar de luchar en su contra. Matt sugiere el porqué de esto al asegurar que los chismes son como “bocados suaves”. En mi caso, eso significaría chocolates M&M. Usted puede pensar que puede resistirlos cuando no están a la vista, pero ellos lo llaman y lo atormentan cada vez que los ve. Esta verdad por si sola hace que el libro valga la pena.
Puedo recordar momentos en que el chisme fue un bocado suave para mí. Yo creía que había madurado en ese tema. No hablo de chismes muy seguido, pero puedo escucharlos cuando están disponibles y aún me atraen las portadas de los periódicos amarillistas y la revista People.
De manera que debo estar preparado para una condena, incluso es necesario que la espere con ansias. Sin embargo la condena es dulce cuando el que la imparte tiene nuestros mejores intereses en mente, y definitivamente es mucho más agradable si tenemos en cuenta que nuestro Dios es pronto para perdonarnos.
Los pasos —maravillosamente prácticos— de Resistiendo el chisme nos muestran la obra de dicha condena en nuestras vidas; nos enseñan una salida sabia a este problema, siempre fijando nuestra mente en Jesús. Estos pasos reemplazan el chisme con una idea clara de cómo ser un portador de buenas noticias, tanto de aquellas personas que son recomendables, como de las que no lo son.
Las personas que generan el chisme también son lastimadas por él, por lo tanto en el libro usted encontrará una sección que habla exclusivamente sobre como destruir la murmuración.
Si las personas han murmurado sobre su vida, asegúrese de tener, a pesar de todo, una buena actitud. Esto no quiere decir que deba confiar en ellos de la misma manera que lo hizo antes de que hablaran chismes sobre usted. Significa que debe desear lo mejor para ellos, incluso a expensas de su propio bienestar. Así es como nos amó Jesus, ¿no es cierto? Aun siendo Sus enemigos, Cristo murió por nosotros (ver Romanos 5:8).
Además, la última parte del libro tiene una sección especial para líderes de la iglesia, en la cual el autor da consejos sabios que serán de gran ayuda para los pastores que han visto como la murmuración se gana un lugar en sus congregaciones. Recomiendo este libro de una manera especial, no olvide regalarle una copia a su pastor.
Edward T. Welch, CCEF