Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; temed delante de él, toda la tierra.
Salmos 96:9
La Biblia nos enseña a lo largo de sus páginas que debemos adorar a Dios; esta es una de las principales tareas que tienen los creyentes. Sin embargo, no debemos ver nuestra adoración al Señor como un simple deber, ya que adorarlo es un privilegio que no todas sus criaturas tienen. Aquellos que viven alejados de Él no pueden ni quieren adorarlo, no obstante, nosotros, que hemos visto su misericordia en la persona del Señor Jesús, respondemos ante su infinita grandeza expresando adoración a Él.
No hay otro ser u objeto digno de alabanza en el universo, solo el Señor merece ser reverenciado. Ahora bien, la Biblia no solo nos dice que adoremos a Dios, también menciona que debemos hacerlo en la “hermosura de la santidad…” (Salmos 96:9).
Esto significa que para adorar al Creador correctamente es necesario que la santidad, la cual es hermosa en esencia, caracterice nuestras vidas. Adorar al Señor en la hermosura de la santidad también incluye el temor a Dios, ya que el versículo 9 continúa diciendo: “…temed delante de él, toda la tierra”. No es posible adorar al Señor en santidad si no tememos su majestad y grandeza.