También nos aconseja que dejemos a Dios todas nuestras cargas, el equipaje de nuestros deseos, preocupaciones, desesperanza, culpa, arrogancia, dolor, miedo, soledad, vergüenza, decepción, envidia, duda, nostalgia, etc. Son su gran sentido del humor, Lucado hace sus enseñanzas más fáciles de entender y divertido de leer.