Antes que naciera Charles Chiniquy, su padre estudiaba para ser sacerdote católico romano en Canadá. Pero, algo que sucedió en la iglesia lo perturbó tanto que abandonó esos planes. Estudió leyes y llegó a ser notario. Cuando el padre de Chiniquy estaba dejando el sacerdocio, un amigo le dio un regalo de despedida: una hermosa Biblia en francés y latín. Cuando Charles tenía 5 años de edad, su madre le enseñó a leer usando esa Biblia porque no había escuelas. Ella no imaginó la profunda influencia que ese libro tendría en la vida de su hijo.