Prólogo
¿Tiene usted un profundo deseo de influir en otras personas para que conozcan a Dios? ¿Le gustaría llegar a ser un líder más efectivo? Su pasión es afectar de forma positiva a nivel espiritual las vidas de la mayor cantidad posible de personas? Si sus respuestas son afirmativas, me gustaría ayudarle a lograr esos objetivos. Quizá debería decir que Dios es quien le ayudara a cumplir esos propósitos. Ahora bien, es necesario que usted siga el plan divino y que use la herramienta que Él ha prescrito como el instrumento innegociable que todo líder de alto impacto debe tener en su caja de herramientas; es decir, la oración.
"El liderazgo es sinónimo de influencia"
Esas fueron las palabras que brotaron como un gemir de aquel hombre cuya voz había perdido casi todo su poder, aunque ese hecho no nos importaba a ninguno de los que habíamos venido a escucharlo. Muchos están de acuerdo en que el expositor J. Oswald Sanders (1917-1992) fue uno de los mejores líderes cristianos, al igual que uno de los más efectivos maestros sobre el tema del liderazgo en el siglo veinte. El Dr. Sanders ejerció liderazgo durante casi sesenta años y fue autor de más de cuarenta libros sobre la vida cristiana. Renunció a un prometedor futuro como abogado en su tierra natal en Nueva Zelanda para dedicarse a ser expositor y administrador en el Instituto bíblico de esa ciudad. Tiempo después llegó a ser Director general de la Misión al Interior de China (la cual ahora es conocida como OMF Internacional) y fue un instrumento útil para iniciar muchos nuevos proyectos misioneros en Asia oriental. Cuando me enteré de que vendría a mi región, reorganicé todos mis horarios para ir a escuchar la enseñanza de este veterano líder y maestro con respecto al liderazgo; la charla que compartió en esa ocasión fue una de las exposiciones más largas que hizo antes de partir al cielo. Aunque no tenía la robustez física de los años de juventud, Sanders no nos desilusionó. En su conferencia compartió varios principios de tanta sensatez que se convirtieron en algo inolvidable.
“El liderazgo es sinónimo de influencia', exclamó con una pasión penetrante. Luego continuo: "puesto que el liderazgo es la habilidad de mover e influir en las personas, el líder espiritual necesita estar alerta para descubrir las formas más efectivas de lograr ese objetivo". Finalmente, llegó a la cúspide de su exposición al compartir su idea más importante: "La oración actúa en los hombres porque insta a Dios para que obre en ellos".
Por favor, lea una vez más la última aseveración, lentamente, porque esa es la idea principal de este libro. El liderazgo es sinónimo de influencia y una de las formas más poderosas de influir en otros espiritualmente es por medio de la oración. Por eso, es preciso que los líderes cristianos oren para que logren guiar efectivamente a sus seguidores y para que los estimulen a conocer a Dios. Si los líderes quieren guiar a las personas de la forma correcta, deben aprender a orar.
En los últimos treinta años, he estudiado las vidas de muchos de los grandes hombres de Dios desde Abraham hasta Billy Graham. Mi conclusión y mi convicción es que la oración es el secreto eterno (y usualmente ignorado) del liderazgo espiritual de alto impacto. Es cierto que los actos de valentía, la fe osada y los dones espirituales ayudan a que los líderes ejerzan una fuerte influencia espiritual. Estoy de acuerdo con el hecho de que es importante que haya planes sabios, integridad, pasión ferviente y propósitos claros. También es necesario definir y compartir una visión, identificar los valores que sustentan nuestra labor y construir un equipo. Pero el común denominador de los grandes líderes espirituales y de aquellos que ejercen una influencia espiritual dinámica durante muchas décadas, es una vida de oración, porque la oración es el acto perenne e indestructible de los líderes que alcanzan un alto nivel de efectividad. De hecho, no debemos minimizar su importancia; por el contrario, es necesario priorizar y practicar la oración para lograr el máximo impacto posible.
La oración, el común denominador
Es claro que la oración no es la única actividad que realiza el liderazgo pero indudablemente sí es la característica que tienen en común los que logran marcar la diferencia en cada generación y en el lugar al que pertenecen. Dudo que sea posible encontrar un líder de gran efectividad en la Biblia, o en la historia, que no haya sido un hombre de oración. Este hecho es tan real hoy como lo fue hace dos mil años. Escuche las voces de reconocidas autoridades en el mundo de los líderes espirituales.
Henry Blackaby asevera: "La vida de oración determina la efectividad de los líderes por encima de cualquier otra realicen".
Peter Wagner: "Los grandes líderes oran".
Charles Swindoll: "La oración... es absolutamente esencial en la vida de un lider".
J. C. Ryle: "He leído las vidas de muchos cristianos eminentes que han estado en la tierra desde los tiempos bíblicos. Aprendí que algunos fueron ricos y otros pobres; unos fueron educados y otros no... algunos eran calvinistas y otros arminianos... pero también aprendí que todos ellos tenían algo en común. Habían sido hombres de oracion".
E. M. Bounds: "Una gran vida de oración es la marca de los grandes líderes de Dios", a lo cual agregó:"La historia del Antiguo Testamento está llena de relatos sabre santos de oración. Los líderes de Israel en aquellos días eran reconocidos por sus hábitos de oración. La característica más prominente en las vidas de esos hombres fue la oración... en esencia eran hombres de oración".
Dios la escucha
Desde que tenía 16 años y tuve la oportunidad de dirigir un grupo de estudio bíblico con adolescentes en el colegio al cual asistía, he sido consciente de la relación que hay entre la oración y el impacto que se puede lograr en las vidas de las personas por medio de ellas. Yo acababa de comprometerme con Dios y era totalmente incapaz de transformar la vida de alguien; por eso no tenía otra opción distinta a orar. Descubrí que entre más oraba, más me acercaba a Dios. Mi grupo de dos personas se convirtió en varios grupos de más de treinta personas. Muy pronto la mayoría de los estudiantes de secundaria del colegio estaban andando con Dios. En mi labor como pastor de discipulado en una universidad, sembrador de iglesias y pastor de una congregación, constantemente he tenido que recordar que la efectividad de mi liderazgo fluye de mi vida de oración.
He desarrollado mi labor de líder en una iglesia rural, en un campus universitario, en una iglesia citadina y en otros sitios tan diversos como las calles de la ciudad de Nueva York, las plazas de mercado de Inglaterra e iglesias nacientes a lo largo del país. He entrenado pastores y líderes eclesiales en casi todos los cincuenta estados de los Estados Unidos y en muchos países extranjeros. Una y otra vez he visto la misma cosa; sin importar la diferencia en los factores, la oración es el elemento común del liderazgo espiritual efectivo. Bien sea que usted lidere un pequeño grupo o una universidad completa, es la oración la que marca la diferencia.