Muchas veces cuando hablamos de Jesús lo hacemos de manera automática y sin sentido…Algunos tememos el momento en el que tenemos que defender nuestra teología; otros, lo buscamos. Sin embargo, rara vez estamos preparados como Jesús lo estaría. El cristianismo se ha convertido en algo poco atractivo, que con frecuencia causa divisiones y, muchas veces, avergüenza. ¿Cómo podemos, entonces, acercar a otros a Dios en medio de las conversaciones ordinarias del día a día, tal y como Jesús lo hizo? Necesitamos corrernos de la división ellos–nosotros y, simplemente, hablar de Aquel que todo lo transforma.El mundo no necesita más cristianos, sino personas que piensen, hablen y actúen como Jesús.