Quiero que mi esposo sepa que...
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Quiero que mi esposo sepa que... [Libro]

 
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Si usted tiene un buen matrimonio, o uno que necesita un poquito de oxigenación, este libro le ayudará a comunicarse de manera más positiva con su cónyuge. En el ajetreo de la vida, es fácil que usted olvide compartir los aspectos positivos de su esposo. 

Basándose en sus casi 40 años de matrimonio, Annie Chapman le ayudará a notar cómo el entender el estilo único de su marido hará una diferencia en su matrimonio, compartiendo cómo puede mostrarle amor mediante:

  • Identificar, entender y apoyar sus necesidades esenciales
  • Pedir y respetar sus opiniones
  • Valorar cuando provea para las necesidades de la familia
  • Admirar su trabajo y valores
  • Alabar sus interacciones positivas con los niños, etc.
En este libro, usted encontrará una gran cantidad de ideas para animar a su marido a ser el hombre que Dios diseñó que fuera. Afirmarlo de maneras públicas y privadas le hará sentir que él es importante y vital para usted, y a su vez esto le ayudará a poder sobresalir en el hogar, en el trabajo y en la comunidad. http://www.steveandanniechapman.com/about/
ISBN: 9789588867083
Editorial: Editorial CLC
Referencia de producto: 01501083
Dimensiones: 140 x 210 x 16 mm
Peso: 0,271kg
Cubierta: Rústica
Número de páginas: 232
Idioma: Español

Contenido Libros

Construir un matrimonio que brille
Quiero que mi esposo sepa que…
1. Lo amaré con amor puro, incondicional
2. Lo reconozco como el líder que Dios designó para nuestra familia
3. Estoy sexualmente disponible para él
4. Hare mi parte para crear un hogar seguro y confiable
5. Admiro la forma en que provee para nuestra familia
6. Le mostraré amor a su familia
7. Apoyaré y aceptaré sus pasatiempos y amigos
8. Me honra ser la madre de sus hijos
9. Lo respeto
10. Soy consciente de que él necesita que yo cuide mi cuerpo
La mejor manera de amar a tu esposo
Notas

Prólogo

Mi vida como mujer casada comenzó el 29 de marzo de 1975, cuando me pare frente a mis familiares y amigos en una pequeñita y pintoresca iglesia metodista y le hice algunas promesas serias a un hombre joven que ostentaba un peinado al estilo Art Garfunkel. Mi amado de tupida cabellera vestía un pantalón de poliéster color verde lima, botas de vaquero y una camiseta de muselina hecha en casa. Se vela tan “extraordinario”. Como Steve y yo fuimos producto de la era hippie de finales de la década, de 1960 y comienzos de los 70, decidimos que sería mejor no repetir los votos que se habían recitado durante décadas. No, en nuestra exuberancia juvenil, por ser diferentes y con el amor que transpiraba por cada poro de nuestros cuerpos iluminados, estábamos convencidos de que sabíamos más que aquellos que nos habían precedido. Así que decidimos crear nuestros propios votos. Cuando llegó el momento de intercambiar los votos durante la ceremonia nupcial, Steve se dio cuenta con angustia de que había dejado las palabras de compromiso, que habíamos redactado cuidadosamente, dentro de su Biblia, la cual estaba oculta en una repisa de una ventana lejos del santuario. ¡Muy Bien! Sin ayuda de nuestras hojas de repaso, quedamos solos para salir con algo memorable y significativo que decirnos uno al otro.

No tengo ni idea de que promesas nobles, sinceramente optimistas nos hicimos ese día. Y, tristemente, nunca sabremos que se dijo. La videograbadora de ocho pistas (sí, leíste bien, ¡ocho pistas!) que tenía que grabar nuestra ceremonia, desafortunadamente estaba ubicada tras una pareja joven y descerebrada que decidió traer a su bebé recién nacido a la boda. Cuando rebobinamos con ansias la cinta para escuchar nuestras reconfortantes palabras de compromiso, todo lo que escuchamos fue el llanto de un bebé que no estaba disfrutando de la ceremonia.

Aunque nuestras promesas de amor y devoción no quedaron documentadas en la cinta ese día lluvioso, puedo asegurarte que dijimos en serio cada palabra que expresamos. Ahora, muchas décadas después, aún estamos atados por esas promesas de amor ciego... fueran cuales fueran. Debo admitir que estar casada con mi esposo, Steven todos estos años ha sido, de lejos, el trabajo más fácil y el gozo más grande que he tenido. Mi experiencia afortunadamente no se parece en nada a la de una esposa a quien le preguntaron: ¿hace cuánto estas casadas? La respuesta fue: ¡Han sido cinco años de agridulces maritales! Todo lo contrario, mis años se describen mejor con esa vieja canción "To Know Him Is to Love Him" (Conocerlo es amarlo).

Una de las cosas de Steve que más valoro es que intenta vivir según la directriz bíblica para los esposos de 1 de Pedro 3:7 "Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera Comprensiva con vuestras mujeres". Sé que podría sonar demasiado bueno para ser cierto, pero Steve realmente quiere saber cómo me siento e incluso, ansía que le diga. Por ejemplo, recuerdo perfectamente un momento especifico de los días en que estábamos saliendo que me dijo que a él le importaba lo que yo pensaba. Sucedió cuando Steve quiso llevarme a cenar. Cuando me senté en el asiento del Chevy modelo 1950 ¿A dónde te gustaría ir a comer? –donde tú quieras -le conteste- ¿tu dónde quieres comer? -pregunto de nuevo. -Donde quieres comer- le dije de nuevo en un tono pseudo-sumiso. Su respuesta fue directa, pero la dijo con ternura: —Si no quisiera saber dónde quisieras comer, no preguntaría. Ese fue el día en que me di cuenta de que era seguro, e incluso adecuado, expresar mis deseos y necesidades. Cuán agradecida estoy por esa revelación, además de la libertad de decir lo que pienso.

Otras no han sido tan afortunadas. Para algunas mujeres compartir sus preocupaciones más profundas como esposas, así como sus deseos sinceros sobre la forma en que sus esposos manejan sus roles en la relación, es el desafío más grande que han enfrentado. Por otro lado, están las esposas cuyos matrimonios se encuentran entre estas dos posiciones. Su vida matrimonial es Buena, pero ellas se preguntan si puede ser aún mejor. Lo que cada esposa quiere que su esposo sepa te ayudara, a construir una unión más fuerte, más dinámica.

En estas páginas hay una colección a partir de varios recursos. Antes que nada, el mejor conocimiento que puedo pasarte proviene de la Palabra de Dios, que cambia la vida. Nada más sobre la tierra es capaz de hacer lo que la Palabra de Dios escrita puede lograr. Hebreos 4:12-12 revela que está literalmente puede penetrar lo más duro de la armadura carnal, ella expone nuestros corazones Con nuestras vidas abiertas al Gran Medico, Él puede reparar y preparar nuestros corazones para que palpiten en armonía con aquellos que amamos.

Además de los conocimientos bíblicos, ofrezco mis propias experiencias como una mujer que lleva más de treinta años casada, y algunas contribuciones de otras fuentes escritas. Dirigí una encuesta, no científica, repartiendo cuestionarios a cientos de mujeres y a algunos de sus esposos. El conocimiento que compartieron generosamente a partir de sus décadas colectivas de matrimonio también se incluye en este libro. Con sus perspectivas únicas y su participación invaluable, encontrarás este manual aún más útil y practico. Aunque comprendo que hay más de diez cosas que una esposa quiere que su esposo sepa, me enfoqué en las preocupaciones cruciales de las mujeres casadas. Sea que hayas tenido un esposo durante pocos días muchos años, estoy segura para hacer tu matrimonio más profundo y satisfactorio.
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